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¿TIENE RESPALDO CIENTIFICO LA SUPLEMENTACIÓN CON MICRONUTRIENTES o CON UNOS BUENOS HÁBITOS DE ALIMENTACIÓN ESTÁ TODO CUBIERTO? |
13/02 |
Bueno, la respuesta no es tan sencilla como puede parecer, en base a una expresión de esta pregunta, la de “buenos hábitos de alimentación”. Y es que este aspecto necesitaría en sí mismo un amplio artículo para que al final siguiéramos debatiendo. Es necesario el sentido común, que con tanta frecuencia y acierto reclama Javier Angulo. Solo en la comparativa entre las pirámides alimentarias, de diferentes entidades, ya tendríamos juego para rato. Por tanto, vamos a plantear la pregunta de otro modo… ¿Tiene respaldo científico la suplementación con micronutrientes como terapéutica efectiva para inducir mejoras tanto a nivel bioquímico, como metabólico o fisiológico?. Empezaremos por hacer un pequeño viaje en el tiempo.
Breve recuerdo histórico
1906, en Inglaterra, Hopkins determinó que “existen una serie de sustancias que están en los alimentos en cantidades mínimas y que son indispensables para la vida”.
1912 el bioquímico Casimir Fund el encargado de averiguar su estructura química: era una amina, y como resultaba esencial para la vida acuñó el término “vit-amina”.
En 1913 Elmer V. McCollum encontró en la leche el factor “protector” contra la xeroftalmia (enfermedad de los ojos caracterizada por la sequedad de la conjuntiva y opacidad de la córnea), en la grasa de la leche y la yema del huevo, llamándolo vitamina A. Fue el mismo McCollumquien, varios años después, dio el nombre de vitamina D al factor antirraquítico, distinto de la vitamina A, presente en el aceite de hígado de bacalao.
En 1.922 Evans y Bishop descubrieron la vitamina E, factor preventivo de la esterilidad en ratas alimentadas con dietas sintéticas, y en 1.930 HenrikDam llamó vitamina K (por Koagulation en danés) al factor de la alfalfa que prevenía las hemorragias experimentales en pollos alimentados con dietas exentas de lípidos. Finalmente, en 1948 se descubrió la vitamina B12 como factor antianemia perniciosa (anemia megaloblástica)
A partir de los años 50 del siglo pasado se forjó un concepto erróneo que, aunque científicos y bioquímicos de prestigio han desvelado, sigue prevaleciendo en la mente y, tristemente, en la práctica de cientos de profesionales de la salud: “una vitamina-una enfermedad”.Es decir, si no existe la enfermedad es que no hay carencia vitamínica y, por lo tanto, no se necesita una suplementación. Quienes abogan por este paradigma tampoco creen que ciertos trastornos de salud puedan mejorar con la suplementación en micronutrientes.
Afortunadamente, otra corriente también surgía con ímpetu. En 1956 el Dr. Roger Williams publica: “BiochemicalIndividuality: TheBasisfortheGenetotrophic Concept” (“Individualidad Bioquímica: las Bases para el Concepto Genetotrófico) donde demostró que las necesidades nutricionales de cada individuo son tan únicas como sus huellas digitales. Debido a esta predisposición o característica genética, la persona tenía una serie de necesidades que, si no eran cubiertas, los resultados de dicha subnutrición se manifestarían como enfermedades en su edad media. Williams demostró que las necesidades nutricionales en individuos de una misma especie podían variar incluso en una relación de 40 a 1. ¿Cómo puede ser esto posible?. Las variaciones genéticas de Polimorfismos, no monogénicas determinan una actividad enzimática específica y por lo tanto diferente en cada individuo.
Al mismo tiempo, como psiquiatra que además poseía un doctorado en química orgánica, el Dr. Hoffer en los años 50 aportó una perspectiva sin igual de la enfermedad mental, aplicando con gran éxito la suplementación con nutrientes esenciales en diferentes psicopatologías. Hoffer comento: “Los terapeutas ortomoleculares tratan a sus pacientes con una nutrición ortomolecular: Dietas específicas, dependiendo del problema y las necesidades individuales de cada uno y recurren a gran cantidad de análisis que les ayudan en su terapéutica”. Cabe señalar que en Canadá se aceptó hace décadas la Terapéutica Ortomolecular como especialidad médica.
El término Ortomolecular fue acuñado por Linus C. Pauling, doble Premio Nobel, -de Química en 1954 y de la Paz en 1962-, que falleció en 1994 a los 93 años. La palabra “ortomolecular” fue utilizada por vez primera por Linus Pauling en su artículo “Psiquiatría Ortomolecular”, que fue publicado en la revista Science (160:265-271) en 1968. El Premio Nobel de Química se lo otorgaron por sus sobresalientes investigaciones sobre la estructura de las moléculas, la importancia de las proteínas y de los anticuerpos. Fue catedrático en el prestigioso Instituto de Tecnología de California y en la Universidad de Stanford. El presidente Harry Truman y Gerald Ford le concedieron la Medalla Presidencial del Mérito y la Medalla Nacional de las Ciencias, respectivamente.No deberíamos olvidar, ni siquiera desde los estamentos médicos más ortodoxos, que el concepto pionero de “medicina de las moléculas” expresado y desarrollado inicialmente por Pauling aportó también las bases de lo que llegaría a ser la investigación del genoma humano y que especialidades médicas como la hematología y serología, inmunología y genética aplicada deben mucho a sus contribuciones.
En 1949 la Dra. Kousmine comenzó a trabajar con la suplementación con nutrientes esenciales en casos de Esclerosis Múltiple, Cáncer y Poliartritis Crónica Evolutiva. Desde entonces sus trabajos han sido revisados y utilizados, especialmente los relacionados con los Ácidos Grasos Esenciales y oligoelementos, por cientos de médicos y nutricionistas de toda Europa. Dos décadas después se creó la Asociación Médica Kousmine Internacional, posteriormente la Fundación Kousmine, que integra a Médicos de consagrado prestigio (A. Bondil, P. Keros, P.G..Besson, LucMoudon,...). La Dr. Kousmine reflexionando en retrospectiva, sobre esta etapa de su vida, dijo: “Habíamos orientado sin saberlo nuestra investigación hacia lo que hoy se llama la medicina ortomolecular, es decir, la medicina que utiliza moléculas propias del cuerpo (nutrientes) y particularmente con vitaminas".
En 1980 el Dr. Linus Pauling se expresó así sobre R. Passwater, en la revista Gente: “Passwater es digno de confianza, con un buen historial y conocimientos”. Fue miembro fundador de Worcester Memorial Hospital, que supervisa el trabajo del Atlantic General Hospital. Es miembro de la junta de asesoramiento para el NationalInstitute of Nutricional Education, la CoalitionforAlternatives in Nutrition and Healthcare Inc. y la International FoundationforPreventiveMedecine, Inc. El Dr. Passwater es, probablemente el bioquímico que más ha aportado a la nutrición ortomolecular, junto con el Dr. Linus Pauling. La experiencia en laboratorio de Passwater sobre gerontología, nutrición y espectroscopia es sobresaliente y ha dado lugar a descubrimientos y patentes a nivel mundial. Es reconocido internacionalmente como líder en la prevención y control de la proliferación de radicales libres.
El Dr. Jean Seignalet fue doctor en medicina. Autor de más de 200 publicaciones en las principales revistas médicas en lengua inglesa y francesa, su actividad médica siempre estuvo relacionada con la química y la biología. Trabajó como médico inmunólogo en el hospital Saint-Eloi (Laboratorio de Inmunología) de Montpellier (Francia) y fue catedrático en la Universidad de la misma ciudad. Director del Laboratorio de Histocompatibilidad de Montpelliery autor del prestigioso libro: “L’ alimentationou la troisièmemédecine” (La Alimentación, la tercera medicina. 2001). En su obra el Dr. J. Seignalet insiste en buscar tratamientos etiológicos y no sintomáticos. En 1988 comenzó a investigar sobre el mecanismo de ciertas enfermedades y a tratarlas con un régimen alimenticio. Desarrolló toda su estrategia, aplicada con éxito en miles de pacientes, basada en la corrección alimentaria y el aporte simultáneo de nutrientes esenciales.
En estos momentos la lista de investigadores y clínicos, que respaldan la suplementación en micronutrientes como herramienta terapéutica en todo el mundo, es interminable.
Cuando en la década de los cincuenta el Dr. Roger Williams (citado anteriormente) desarrolló el Concepto Genetotrofico e instauró las bases de la Terapéutica Ortomolecular (junto con L. Pauling y A. Hoffer) no podía imaginar que tardaríamos tanto tiempo en confirmar su teoría, pero afortunadamente hoy en día se está extendiendo como un "reguero de pólvora" la llamada NUTRIGENÓMICA. Una conocida enciclopedia la define como "La ciencia que estudia la expresión de los genes en relación con la nutrición y el desarrollo de enfermedades asociadas a dicha expresión. La nutrigenómica ofrece una mejora en la dieta personal (dieta personalizada) que evitaría o retrasaría la aparición de enfermedades asociadas a la interrelación entre genes y nutrición.La ciencia de la Nutrición incorpora, en el siglo XXI, el conocimiento del metabolismo, de las interacciones genes-nutrientes y de los alimentos, con la finalidad de mejorar la alimentación y la salud y ofrecer, cada vez más, una Nutrición Personalizada.
La Nutrición moderna podemos entenderla como una Nutrición en la que uno de sus pilares fundamentales es el desarrollo de la Nutrigenómica. De hecho, una mejora en la alimentación, y en consecuencia de la salud, pasa ineludiblemente por la demanda de nuevos especialistas en Nutrición capaces no sólo de entender la Nutrición desde un punto de vista clásico, sino capaces también de aplicar e incorporar las nuevas tecnologías de la era post-Genómica (como la genómica funcional, la epigenómica, la transcriptómica, la proteómica y la metabolómica), de conocer los conceptos de Biología sistémica, de aplicar estos conocimientos que nos aportan las nuevas tecnologías ómicas a casos concretos, de ser capaces de conocer con más profundidad las interacciones Genes-Nutrientes".
Muchos expertos en micronutrición, con sus dos máximos exponentes, la Nutrición Celular Activa (que yo utilizo) o la Terapia Ortomolecular (en la que también me he formado), y muchos de los laboratorios que fabrican suplementos dietéticos y promueven dicha especialidad, han sido y son, al mismo tiempo, precursores en el campo de la investigación en Nutrigenómica y epigenómica, utilizando desde hace ya varios años los análisis genéticos para establecer una nutriterapia personalizada.
La suplementación con micronutrientes requiere de un trabajo minucioso y no fortuito.
Trabajamos con pruebas clínicas de laboratorio pioneras en el diagnóstico y/o valoración de las necesidades nutricionales individuales antes de instaurar una recomendación en suplementación o en dietética. Para nosotros es muy habitual realizar analíticas específicas sobre perfil en ácidos grasos en suero o en eritrocitos y dedicar mucho de nuestro tiempo a valorar las alteraciones enzimáticas previas a un estado patológico; mineralogramas, aminoacidogramas, estrés oxidativo en sangre, etc, son herramientas cotidianas para nosotros, determinando no solo carencias, sino deficiencias, y, por supuesto, debemos de poseer conocimientos sobre bioquímica suficientemente específicos como para entender los cofactores implicados en una ruta metabólica o una cascada enzimática.
Muchas de las recomendaciones que dábamos hace 20 años en suplementación han sido aceptadas posteriormente por las terapéuticas más ortodoxas. Por ejemplo, el uso de A.G.P.I., especialmente los Omega 3 como reguladores de la inflamación, o la condroitina y glucosamina para frenar el deterioro articular en la artrosis, la vitamina D como inmunomoduladora,etc, etc. En el futuro se aceptarán de forma generalizada muchas de las propuestas actuales de la Nutrición Celular Activa y la TerapiaOrtomolecular. Estamos en contra de la autosuplementación sin asesoramiento profesional cualificado, no obstante, es un hecho innegable que comparar la iatrogenia que pueden provocar los nutrientes y los que provocan los fármacos sería como comparar (por tamaño) un ácaro con un rorcual azul.
Entre los más de 1.200 graduados en el Instituto que tengo el gusto de dirigir desde hace casi 20 años hay muchos médicos, farmacéuticos, terapeutas y nutricionistas convencionales, que decidieron investigar y formarse en esta apasionante especialidad terapéutica. Desde que empezamos a razonar nuestros padres han tratado de inculcar en nosotros la máxima de no descalificar sin conocer a fondo un asunto, pero en el ámbito sanitario y, especialmente, en el campo de todo lo que suena a no convencional, tendemos a hacer justo lo contrario.
Es cierto que no está justificado el uso indiscriminado de megadosis de nutrientes como suplementación (por eso me siento más identificado con la Nutrición Celular Activa, que actúa más por sinergia que por dosis, que con la Terapéutica Ortomolecular), pero síestamos firmemente convencidos de que las DDR (Dosis Diarias Recomendadas) son de escaso valor para lograr una salud óptima (concepto esgrimido por clínicos e investigadores del bagaje de los mencionados en el apartado anterior). Las dosificaciones hay que individualizarlas, estrategia que implica un esfuerzo de investigación, anamnesis de consulta y, cuando es necesario, análisis clínicos, de mucho mayor rigor y esfuerzo profesional que circunscribir nuestro trabajo en nutriterapia a lo que marquen las tablas oficiales, que jamás, nunca, tienen en cuenta la individualidad bioquímica.
Todos los años se registran cientos de miles de fallecimientos por iatrogenia médica (es la tercera causa de muerte a nivel mundial), y tal como no descalificaríamos a toda la medicina convencional por este nefasto bagaje, igualmente, podemos diferir del paradigma que sostiene las Terapias Micronutricionales donde valoramos mucho la individualidad, pero atreverse a calificarlo de falto de rigor científico o incluso peligroso, como algunos “valientes” han hecho, solo puede deberse a intereses ocultos o a ignorancia supina.
Si realizamos una simple búsqueda no sistemática, rápida y breve, de los artículos científicos que respaldan el uso de micronutrientes como agentes terapéuticos, nos podemos encontrar con un “aluvión” interminable de interesantísimas referencias. Piensa, por ejemplo, que solo sobre la Vitamina D3 en el año 2013 se registraron en PubMed 3374 estudios, donde aparecía o en el título o en el abstract. Aquí te presente otros muy interesantes.
• Fletcher y Fairfield (2002), publicaron en la prestigiosa revista JAMA un artículo en el que concluyen la conveniencia de suplementar la dieta con vitaminas y minerales para la mayoría de adultos. ¿De verdad una institución como la Asociación Médica Americana, a través de su revista, permitiría que saliese a la luz un artículo que concluye algo peligroso, engañoso, y fraudulento?.
• L-Carnitina (suplementación) para pacientes sometidos a diálisis, mejora el estado inflamatorio general, con una reducción significativa de la Proteína C-Reactiva en comparación con el grupo placebo (Suchitra et al., 2011).
• Estudio en la revista Neuroscience (Leonardo y Doré, 2011) sobre los beneficios de la suplementación con bioflavonoides en problemas como el accidente cerebrovascular, lesión cerebral traumática y otros problemas neurológicos.
• Entre los muchos factores que existen detrás de un estado depresivo, la inflamación está aceptada como uno de ellos (Pascoe et al., 2011). Es interesante, entonces, ahondar en el estudio de Barragán-Rodríguez et al. (2008). Se trata de un ensayo clínico comparando un fármaco antidepresivo, con la suplementación con 450 mg de Magnesio(notablemente superior a las dosis consideradas como peligrosas). Los resultados hablan por sí mismos: Se obtuvieron los mismos efectos terapéuticos con el magnesio que con el fármaco. Sobra decir que el magnesio no implicó efectos secundarios adversos.
En esta misma línea, el magnesio (Mg) se ha propuesto para casos de depresión persistente (Eby y Eby, 2010). Se alerta sobre el empobrecimiento en Mg de muchos alimentos procesados y el exceso de otros componentes como el Calcio, el Aspartato, o el Glutamato, conocidos por exacerbar comportamientos o estados depresivos (conviene aclarar que una fuente principal de este elemento se esconde en forma de Glutamato Monosódico – un potente saborizante presente en un gran número de alimentos. Pero no hemos leído ninguna crítica pública de AEDN al respecto.)
• Resveratrol. Suplementación con 200 – 500 mg de resveratrol ejercen una mejora significativa de la oxigenación cerebral (Kennedy et al., 2010). Esa cantidad de resveratrol es materialmente imposible de conseguir mediante la alimentación. Ni bebiendo 100 litros de zumo de uva, o de vino conseguiríamos tal nivel de resveratrol, sin contar con los problemas que ello produce.
• Suplementación con Glutamina para problemas de úlcera causada por Helicobacter Pylori (Hagen et al., 2009)
• Suplementación con 45 mg Zinc (por encima de la supuesta dosis máxima tolerable,) durante 6 meses. Los resultados, comparados con el grupo placebo, muestran una reducción significativa de la proteína C-reactiva (marcador de inflamación), Interleukina-6, y otros marcadores moleculares (Bao et al., 2010). Pueden consultar más detalles al respecto, y más referencias originales, en el post publicado en Más que Ciencia (Carreño-Gálvez, 2011).
• Altas dosis de Selenio, "lejos de matar a nadie", mitiga las lesiones por radiación (Sieber et al., 2009). Estas son las conclusiones de otro de esos estudios que el equipo de AEDN parece no haber leído. Concretamente, el estudio establece que es una terapia segura, efectiva y práctica en las lesiones por radiación en los riñones…
• Spirulina Efectos quimio y radio protectores (incluso mejores que algunos agentes farmacológicos) (Zhang et al., 2001).
• En la revista Psychopharmacology (Kennedy et al., 2010b) se publicaba un artículo sobre los efectos del uso de dosis elevadas de vitaminas del grupo B, junto a la vitamina C y otros minerales, sobre el rendimiento cognitivo y el estado de humor percibido. Se trata de un estudio aleatorio, a doble ciego con grupo control (imaginamos que GREP-AEDN sabrán qué significa ésto). Los resultados, resumidamente, mostraban a los sujetos del grupo experimental (el que se suplementaba) con mejor rendimiento cognitivo, mayor resistencia a la fatiga mental y mejor humor percibido. El estudio sugiere aumentar los niveles de vitaminas y minerales en personas normalmente sanas para obtener beneficios en el funcionamiento del cerebro.
Recientemente el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) ha publicado mediante el Departamento de Metabolismo y Nutrición un extraordinario trabajo recopilatorio sobre Inmunonutrición. Estas son solo algunas de las referencias que podemos encontrar:
Omega3
Un metaanálisis de ensayos con aceites de pescado que medían el dolor inflamatorio articular, sobre todo en pacientes con AR, mostró un efecto beneficioso del aceite de pescado en la intensidad del dolor referida por el paciente, el número de articulaciones sensibles o dolorosas y la duración de la rigidez matutina.
Goldberg RJ, Katz J (2007) A meta-analysis of the analgesic effects of omega-3 polyunsaturated fatty acid supplementation for inflammatory joint pain. Pain 129, 210-223.
En un metaanálisis reciente sobre aceite de pescado en nutrición parenteral llevado a cabo con pacientes posquirúrgicos se han encontrado beneficios con vistas a las infecciones posoperatorias (RR=0,56), la duración del ingreso en cuidados intensivos (1,8 días más corto) y la duración de la hospitalización (2,98 días más corta).
Chen B, Zhou Y, Yang P, Wan HW, Wu XT (2010) Safety and efficacy of fish oil-enriched parenteral nutrition régimen on postoperative patiensurdergoing major abdominal sugerí: a meta-analysis of randomized controlled trials. JPEN J Parenter Enteral Nutr 34, 387-394.
Vitamina D3
Los estudios epidemiológicos en humanos indican la suplementación con 1,25(OH)2D3 como un factor protector independiente que influye en la aparición de la autoinmunidad mediada por células TH1. La deficiencia de vitamina D se ha implicado recientemente con un mayor riesgo de enfermedades autoinmunes, como esclerosis múltiple, artritis reumatoide, enfermedad inflamatoria intestinal, diabetes tipo 1 y algunos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares.
Hypponen E, Laara E, Reunanen A, Jarvelin MR, Virtanen SM (2001) Intake of vitamin D and risk of type I (insulin-dependet) diabetes: a birth-cohort study. Lancet 358, 1500-1503.
The EURODIAB substudy 2 study group (1999) Vitamin D supplement in early childhood and risk for type I (insulindependent) diabetes mellitus. Diabetologia 42, 51-54.
Vitamina E
La suplementación con vitamina E aumenta la proliferación de linfocitos en respuesta a los mitógenos, la producción de IL-2, la actividad citotóxica de las células NK y la actividad fagocítica de los macrófagos alveolares, y conduce a un aumento de la resistencia contra los agentes infecciosos, lo que indica que una mayor ingesta de vitamina E es capaz de promover una respuesta Th1 mediada por citoquinas y suprimir una respuesta TH2.49
La suplementación con vitamina E aumenta la producción de IL-2 en células T, mejora la respuesta Th1 y disminuye la expresión de IL-4, un estimulador de la respuesta Th2. Otros estudios indican que la vitamina E causa un desplazamiento hacia una mayor proporción de células T memoria, con menos células T naive. Las últimas revisiones confirman ampliamente el papel de la vitamina E en la inmunidad en los seres humanos, especialmente en los ancianos.
Meydani SN, Han SN, Wu D (2005) Vitamin E and immune response in the aged: molecular mechanism and clinical implications. Immunol Rev 205, 269-284.
Burns EA, Goodwin JS (2004). Effect of aging on immune function.J NutrHelathAging 8, 9-18.
La suplementación con vitaminas C y E previne, en parte, el daño muscular que se asocia al tratamiento con fármacos antirretrovirales que se usan para tratar el SIDA.
Ko SH, Choi SW, Ye SK, Cho BL, Kim HS, Chung MH (2005) Comparison of the antioxidant activities of nine diferent fruits in human plasma.J MedFood 8, 41-46.
Vitamina C
La suplementación en adultos sanos (de 1 a 3 g/día) y niños (20 mg/kg/día) mejora la quimiostaxis de los neutrófilos. La vitamina C estimula el sistema inmunológico mediante el aumento de la proliferación de linfocitos T en respuesta al incremento de la producción de citoquinas y la síntesis de inmunoglobulinas por un proceso infeccioso. La vitamina C puede jugar un papel importante en la regulación de la respuesta inflamatoria. La administración de vitamina C origina una mejora de varios componentes de la respuesta inmunitaria humana, tales como las actividades antimicrobicidas y de células NK, la proliferación linfocitaria, la quimiotaxis y la respuesta DTH..
Anderson R, Oosthuizen R, Maritz R, Theron A, Van Rensburg AJ (1980) The effects of increasing weekely doses of ascorbate on certain cellular and humoral immune functions in normal volunteers. Am J ClinNutr 33, 71-76.
Jeng KC, Yang CS, Siu WY, Tsai YS, Liao WJ, Kuo JS (1996): Supplementation with vitamin C and E enhances cytokine production by peripheral blood mononuclear cells in healthy adults. Am J ClinNutr 64, 960-965.
Haartel C, Strunk T, Bucsky P, Schultz C (2004) Effects of vitamin C on intracytoplasmic cytokine production in human whole blood monocytes and lymphocytes. Cytokine 27, 101-106.
Johnston CS (1991) Complement component C1q unaltered by ascorbate supplementation in healthy men and women. J NutrBiochem 2, 499-501.
Vitamina B6
Recientemente, dos nuevas investigaciones han confirmado los resultados obtenidos en estudios preliminares anteriores, puesto que sugieren que la vitamina B6 podría estar relacionada con el estado inflamatorio. Morris y col. midieron los niveles de vitamina B6 y proteína C (CRP, C-reactive protein, un marcador inflamatorio sistémico) en muestras de sangre recogidas de 2.686 participantes del estudio US NHANES 2003-2004. Se evaluó el consumo de vitamina B6 mediante el estudio de la dieta a través de cuestionarios de recuerdo de 24 horas y los datos recogidos sobre el consumo de suplementos. Se concluyó que un mayor consumo de vitamina B6 estaba asociado a una mayor protección contra la inflamación.
Morris MS, Sakakeeny L, Jacques PF, Picciano MF, Selhub J (2010) Vitamin B-6 intake is inversely related to, and the requirement is affected by, inflammation status. J Nutr 140, 103-110.
Folatos
La suplementación con folato en personas mayores mejora la función inmunitaria en general, al modificar la disminución de la actividad de las células NK asociada a la edad, mejorando la respuesta Th1 y proporcionando así una mayor protección contra las infecciones.
Troen AM, Mitchell B, Sorensen B, Werner MH, Johnston A, Wood B, Selhub J, McTiernan A, Yasui Y, Oral E, Potter JD, Ulrich CM (2006) Unmetabolized folic acid in plasma is associated with reduced natural killer cell cytotoxicity among postmenopausal women. J Nutr 136, 189-194.
Ravaglia G, Forti P, Maioli F, Bastagli L, Facchini A, Mariani E, Savarino L, Sassi S, Cucinotta D, Lenaz G (2000) Effect of micronutrient status on natural killer cell immune function in healthy free-living subjects aged90 years. Am J ClinNutr 71, 590-598.
Selenio
La deficiencia de selenio predice la mortalidad en adultos y niños infectados y se ha relacionado con una mayor virulencia, disminución de la citotoxicidad de las células NK, aumento de las enfermedades por microbacterias y progresión de la carga viral del VIH. En general, la deficiencia de selenio disminuye los títulos de inmunoglobulina y otros aspectos de la inmunidad celular y la suplementación con selenio es capaz de contrarrestar estos efectos.
Arthur JR, Mckenzie R, Beckett GJ (2003) Selenium in the immune system.J Nutr 133, 1457S-1459S.
Hurwitz BE, Klaus JR, Llabre MM, González A, Lawrence PJ, Maher KJ, Greeson JM, BaumMK, Shor-Posner G, Skyler JS, Scheniderman N (2007) Suppression of human immunodeficiency virus type 1 viral load with selenium supplementation: a randomized controlled trial. ArchInternMed 167, 148-154.
Zinc
Los suplementos de zinc reducen tanto el riesgo como la duración de la neumonía en niños y es también beneficioso en el tratamiento de la diarrea infantil. Los suplementos de zinc para mantener una concentración sérica normal pueden ayudar a reducir la incidencia de infecciones (como, por ejemplo, el resfriado común, el herpes labial y la gripe), así como la incidencia de la neumonía y la morbilidad asociada a los ancianos. Se ha descrito que un suministro adecuado de zinc en ancianos podría prevenir varias enfermedades relacionadas con la edad, como el cáncer, la arterioesclerosis, la demencia, la enfermedad de Alzheimer, etc.
Wintergerst ES, Maggini S, Hornig DH (2006) Immuneenhancing role of vitamin C and zinc and effect on clinical conditions. Ann Nutr Met 50, 85-94.
Mocchegiani E (2007) Zinc and ageing: third Zincage conference. Immun Ageing 4,5.
Prasad AS (2007) Zinc: mechanisms of host defense. J Nutr 137, 1345-1349.
Meydani SN, Barnett JB, Dallal GE, Fine BC, Jacques PF, Leka LS, Hamer DH (2007) Serum zinc and pneumonia in nursing home elderly. Am J ClinNutr 86, 1167-1173.
NAC (N-Acetil-Cisteina)
Hoy en día, ya se han aceptado científicamente los efectos beneficiosos del tratamiento con NAC a nivel clínico. Así, se ha observado su eficacia en la cistitis hemorrágica, en la infección por VIH, en cardiopatías y en el cáncer, así como su papel protector frente a enfermedades neurodegenerativas.
Martínez M, Hernández AI, Martínez N (2000) N-acetylcysteine delays age-associated memory impairment caboxylate on the vitality and life span of Drosophila and mice. ExpGerontol 14, 279-285.
Millea PJ (2009) N-acetylcysteine: multiple clinical applications. AmFam Physician 80, 265-269.
Banaclocha MM (2001) Therapeutic potential of N-acetylcysteine in age-ralated mitochondrial neurodegenerative diseases.MedHypoth 56, 472-477.
Taurina
La Taurina puede actuar como neurotransmisor, en la osmorregulación, en la captación de calcio y como antioxidante.
Huxtable RJ (1992) Physiological actions of taurine.Physiol Rev 72, 101-163.
El IdrissiA (2008) Taurine improves learning and redention in aged mice. NeurosciLett 436, 19-22.
Licopeno
El licopeno es un potente antioxidante de la familia de los carotenoides, muy abundante en el tomate, con elevada capacidad para proteger frente al daño oxidative, que muestra importantes beneficios a nivel cardiovascular, frente al cáncer y como antiinflamatorio.
Pallozza P, Parrone N, Catalano A, Simone R (2010) Tomato lycopene and inlammatory cascade: basic interactions and clinical implications. CurrMedChem 17, 2547-2563.
Glutamina
Sujetos con cáncer esofágico que fueron tratados con radio-quimioterapia tuvieron un mayor número absoluto de linfocitos sanguíneos y también mejores respuestas proliferativas de éstos si consumían glutamina durante 28 días 30. Además de un efecto inmunológico directo, la glutamina, incluso administrada de forma parenteral, parece mejorar la función de la barrera intestinal en pacientes con riesgo de infección. Se ha comprobado que la administración de glutamina por vía parenteral después de un trasplante de médula ósea reduce las infecciones y la duración de la hospitalización.
En un metaanálisis en el que se evaluaron 14 estudios sobre glutamina (parenteral y enteral) en pacientes quirúrgicos y gravemente enfermos, excluyendo los estudios con trasplantados de médula ósea y niños prematuros, el uso de glutamina se asoció con una disminución de las complicaciones infecciosas (RR=0,81), de la duración del ingreso hospitalario (2,6 días más corto) y con una tendencia hacia la mortalidad más baja (RR=0,78).
Van der Hulst RR, van Kreel BK, von Meyenfeldt MF, Brummer RJ, Arends JW, Deutz NE, Soeters PB (1993) Glutamine and the preservation of gut integrity. Lancet 341, 1363-1365.
Ziegler TR, Young LS, Benfell K, Scheltinga M, Hortos K, Bye R, Morrow FD, Jacobs DO, Smith RJ, Antin JH (1992) Clinical and metabolic efficacy of glutamine-supplemented parenteral nutrition following bone marrow transplantation: a double-blinded, randomized, controlled trial. Ann Int Med 116, 821-828.
Novak F, Heyland DK, Avenell A, Drover JW, Su X (2002) Glutamine supplementation in seiours illness: a systematic revew of the evidence. CritCareMed 30, 2022-2029.
Reflexiones finales
Pondré, finalmente, un ejemplo de como, por desgracia, revistas de gran distribución pueden trasmitir información sesgada e influenciada, no ateniéndose a un análisis riguroso del tema. En Diciembre, 2011 el grupo Eroski en su portal web, presentaba un peculiar artículo titulado “Exceso de vitaminas, cáncer y mortalidad” (Bassi C. 2011), donde se hacían eco de un estudio con evidentes fallas metodológicas, en el que trataban de alertar sobre el riesgo de sufrir cáncer por el uso de vitaminas. Dudo sobre qué motivos mueven a la publicación a obrar de tal manera, quiero pensar que quizás se dejó llevar por alguien o algo (persona o entidad) que se presumía objetivo a priori. Tuvo que responder la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard (artículo “Póliza de seguro nutricional: un mutivitamínico diario” – ver referencias) para aclarar los errores y las marrullerías del trabajo, demostrando que no reunía los requisitos para ser tomado en serio.
Por otro lado, no nos sorprenden tanto, este tipo de artículos, a quienes llevamos muchos años en esto (en mi caso 25), ya que año tras año encontramos en periódicos de gran tirada, en sus especiales de salud, artículos que alertan sobre los peligros de las vitaminas. Señores lectores, desde aquí reto a que me expongan un solo caso de muerte por la toma de vitaminas, yo sí puedo afirmar que la propia JAMA (oráculo de la medicina moderna) ha reconocido que, solo en EE.UU., mueren 15.000 personas por yatrogenía farmacológica al mes!. No puedo evitar recordar aquella famosa frase del hombre más sabio que ha pisado la tierra: “¿Cómo puedes decir a tu hermano: ¿permíteme extraer la paja que está en tu ojo?, mientras que tú mismo no miras la viga en ese ojo tuyo? ¡Hipócrita! Primero extrae la viga de tu propio ojo, y entonces verás claramente como extraer la paja que está en el ojo de tu hermano”.
Cuando el Premio Nobel Linus Pauling le preguntaron a sus extremadamente lúcidos 90 años ¿por qué parece haber tanta reticencia de buena parte de la comunidad científica a la suplementación con vitaminas?, respondió porque no es negocio para ningún laboratorio internacional producirlas. Además, ni siquiera se las puede patentar como marca registrada porque es un elemento que existe en la naturaleza. Como se ve, las vitaminas no son un buen negocio...
El filósofo Arthur Schopenhauer razonó en una de sus obras sobre la verdad y dijo que pasa por tres fases:primero es rechazada, después es confrontada y vilipendiada, para finalmente ser aceptada como si fuera de lo más evidente. Creo que todavía nos encontramos en la segunda fase, pero seguiremos avanzando seguros de llegar pronto a la tercera.
REFERENCIAS
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Felipe Hernández Ramos
Director Clínico de I.N.C.A. (Centro Sanitario Polivalente)
Codirector de I.F.A.F. (Instituto para la Formación en Alimentos Funcionales)
www.nutricioncelular.es |
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