Los principios activos del Ginkgo están claramente establecidos en la farmacopea y son cientos los estudios realizados sobre el efecto de estos, especialmente en lo que tiene que ver con su propiedad de ralentizar el envejecimiento cerebral.
Los principios activos de las hojas del Ginkgo son: glucósidos flavonoides, quercitina, luteolina, catequizas, resina, aceite esencial, lípidos y terpenos específicos: bilobálido y ginkgólidos A, B y C. Como suele ser habitual las virtudes terapéuticas de la planta se deben a la suma de sus principios, más que a uno de ellos por si solo.
Es verdad que el Ginkgo no consigue penetrar en las células cerebrales (neuronas) como si lo hace la Fosfatidilserina (regenerando las membranas) o la Acetil-L-Carnitina (activando las mitocóndrias), sin embargo, dado su poder antioxidante y activador de la microcirculación vascular, posee una acción también muy interesante a la hora de buscar una estrategia ante los trastornos en las habilidades mentales...