La vitamina F no se trata de una verdadera vitamina, sino que se utiliza este término para denominar a los ácidos grasos insaturados que son imprescindibles para el organismo, especialmente el ácido linoleico. Tienen en común que el organismo no puede sintetizarlos y deben aportarse en la dieta. No actúan como sustancias activas que reaccionan con otros compuestos como el resto de las vitaminas, sino que pasan a formar parte de las membranas celulares como elementos estructurales. La vitamina F son ácidos grasos poliinsaturados que se dividen en tres series, la omega 3, la serie omega 6 y los omega 9 cuyas funciones en el organismo son de vital importancia ya que regulan múltiples funciones. La serie omega 3 está compuesta por el ácido eicosapentanoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (ADH), que obtenemos de los pescados grasos, así como el acido Alfa-Linolenico (AAL), que proviene de fuentes vegetales.
Estos ácidos grasos forman parte de la membrana de todas las células de los organismos, donde regulan la entrada y salida de sustancias y la intercomunicación celular. Las células con mayor concentración de omega 3 son más fluidas y eficientes...