“La vida engendra vida” Si comemos alimentos vivos, estos nos proporcionan vida y por lo tanto energía.
En concreto, los germinados de alfalfa:
Entre todos los germinados, la alfalfa es una de las germinaciones más nutritivas y completas, siendo la de más alto contenido mineral. Contiene los aminoácidos más importantes y una relación calcio-fósforo excelente. Es sabrosa y crujiente.
En árabe significa “Padre de todos los alimentos”. Es una espléndida fuente de clorofila, aminoácidos (arginina, histidina, triptófano) y enzimas. Estimula el crecimiento para los niños y jóvenes en desarrollo porque cuenta con cuatro factores, siendo dos de ellos el factor alfa y el factor ácido orótico o vitamina B13 que, además, ayudan en la utilización adecuada de los alimentos.
Contiene vitamina U. Los científicos afirman que esta vitamina es la gran esperanza para la curación de úlceras estomacales. La vitamina K presente en la alfalfa previene y cura la alta presión sanguínea; es esencial para la coagulación en las hemorragias y en la cicatrización. Neutraliza la acidez sanguínea que provoca alteraciones psicosomáticas. Es un buen diurético y laxante natural...